Entonces, según el testimonio de uno de sus doctores, Patricio Guijón, Allende grita ¡Allende no se rinde, milicos de mierda! y con el fusil AK-47 que le había regalado Fidel Castro se dispara en la barbilla...
Todas las rebeldías juveniles son hermosas, aunque muchas resultan efimeras. ...la rebeldía está obligada a ser lúcida y tajante, creativa y tenaz, consecuente y hábil, sagaz, tierna y heroica. FMH