
¿A quién sirven los grandes
medios?
grandesmedios de comunicación? ¿Se puede mentir impunemente? ¿Es intrascendente difundir abiertamente mentiras sobre un movimiento, persona u organización? ¿Esas mentiras forman parte de la embestida oficial contra el movimiento o persona que se está difamando? ¿Son cómplices abiertos algunos medios de comunicación del Estado mexicano? ¿Para quién trabajan esos medios? ¿Se harán responsables de las consecuencias de las mentiras publicadas?
Muchas preguntas más surgen de la burda nota publicada a ocho columnas por el periódico Reforma el pasado 27 de marzo. Se trató de una información que en ningún momento cuestionó la veracidad de unas fotografías en las que supuestamente aparece sin capucha el subcomandante Marcos, vocero y jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). La misma noticia vinculó irresponsablemente al EZLN con la organización ETA.
La nota en cuestión se reprodujo en más de 100 periódicos y agencias de todo el mundo. Ningún medio, más que la agencia italiana ANSA, se preocupó por cuestionar la veracidad de las fotografías y de la información. Mientras tanto, en San Cristóbal de las Casas y en Italia, los familiares y amigos de Leuccio Rizzo, nombre del joven hecho pasar como el subcomandante, se alarmaron con la difusión de la mentira y, sobre todo, se preocuparon por la integridad de Leuccio, a quien todos reconocieron desde el primer momento.El 1º de abril Leuccio Rizzo aclara abiertamente, pues nada debe, que es su rostro el que fue presentado como el del vocero zapatista. Su aclaración, por supuesto, no tuvo espacio ni en el periódico que publicó la calumnia ni en las agencias y medios que la reprodujeron. Un día después del desmentido Reforma reseña la aclaración en páginas interiores y se atreve a dudar de la identidad de Leuccio, a quien describe como
un presunto ciudadano italiano.
Desfiladero
Jaime Avilés
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Hundida en una de las peores crisis políticas, económicas y de seguridad pública de su historia, la oligarquía neoleonesa intentó desviar la atención de su auditorio calumniando a las comunidades zapatistas de Chiapas, a las que acusó de recibir financiamiento de ETA, mediante la falsa delación de un imaginario desertor del EZLN, que un medio de comunicación vinculado a Monterrey ilustró con fotos de indígenas y cooperantes europeos, tomadas, evidentemente, por cámaras del Ejército desde vehículos militares a su paso por la selva. Además, la publicación exhibió el retrato de un ciudadano italiano que responde al nombre de Leuccio Rizzo, a quien presentó como el subcomandante Marcos sin capucha. ¡Ajá! ¡Qué ridículo del neomacartismo!
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